Lugar: Granja de la Infancia
Asunto: Creación de cuentos orales fantásticos sobre la base de las Cartas de la obra Gramática de la fantasía de Gianni Rodari (1920-1980; escritor, maestro y pedagogo italiano).
Creadores orales: GRUPO VERDE conformado por Jacrist, Liliana (pantuflita), Julián, Carolina, Alejandra, Dayana, y una de las chicas que trabaja en la granja (no recuerdo su nombre, oups!)
Compilado/escrito por: Jacrist Sandoval
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Muchos pelos en Gillette
Gillette es un pueblo donde toda la gente vivía afeitada. Pelados como melones sus habitantes eran personitas sin cejas y sin pestañas, eran todos tan iguales que la felicidad se confundía con la igualdad. Por sus calles transitaba un mito tremendo que contaba la historia de un personaje peludo y maquiavélico, era un niño con bigotes que vivía en la montaña más lejana, la más frondosa.
Aquella mañana, Francesca una niña de ocho años que vivía en la cotidianidad de Gillette escuchó bajo la voz cansada de su abuelo el relato de aquel chico al que llamaban Cerro Prendío. Impresionada con la situación de aquel famoso pequeño y peludo comenzó a sentir mucha curiosidad por su existencia. Luego, su abuelo le regaló un rulo colorado que supuestamente era del chicuelo feliz, de cabellos rojos y brillosos de la historia.
Con infinita emoción, Francesca decidió emprender una aventura hacia el encuentro con el protagonista del mito que mantenía horrorizada a la población pelada de Gillette. Mientras imaginaba a su amigo desconocido le concedía el poder de la felicidad, de la libertad, el poder del existir con personalidad. Llena de ilusión y esperanza, la niña guardó el rulo colorado en su bolsillo y se dispuso a dormir, esperando la salida del sol para cruzar el arroyo y llegar a la punta de la montaña más frondosa.
Ante el brillo de la mañana Francesca salió a su viaje, llevaba consigo el rulo colorado, su cabeza completamente pelada y sus buenas intensiones de encontrar la felicidad. Mientras daba sus primeros pasos, una bruja vestida de burbuja la seguía cautelosamente con el fin de opacarle el día. Esta señora redonda y de abundante cabellera era llamada BRUBURBUJA, cuenta su historia que desde pequeña nunca tuvo pelo y que en algún día de lunas cruzadas hechizó al pueblo de Gillette. Inauguró un servicio express de afeitadas, donde todos los ciudadanos del pueblo asistían una vez por semana y RASTAPLASS, quedaban completamente lisos, sin ni siquiera cejas o pestañas, pelados como melones de verano.
La Bruburbuja recolectaba los pelos del servicio express y se hacía unas pelucas de muy alta calidad. Su energía sobre el pueblo había hecho una gran burbuja que recubría la esfera totalmente, y no era una burbuja de jabón, era más bien un radar de pelos. Esa mañana, viendo lo largo del camino de Francesca, decidió volver al pueblo y disfrazada, o mejor dicho, en su estado normal, es decir, completamente pelada se coló entre las calles de Gillette gritando al pueblo la aventura que había emprendido la niña, generando un estado de intranquilidad, chismes, miedos y tensiones ante la llegada de los horribles peluDOS.
Mientras todos los ciudadanos esperaban el regreso de Francesca dormían con tijeras bajo la almohada, soñando con el RASTAPLASS que podían hacer en el cuerpo de esos dos seres peluDOS. La niña entre tanto, con muchas ganas de cumplir su meta y a la par de su largo caminar, comenzó a sentir hormigas en su cabeza, cosquillas en sus axilas y al llegar a la cima, encontrándose en la con un espejo, noto una hermosa cabellera color oro, habían pelos sobre sus ojos, habían pelos hasta en sus axilas que definitivamente eran más gruesos pero igualmente parecían oro.
Un par de minutos más tarde decidió dejar de ver su deslumbrante imagen en el espejo y al voltearse se encontró frente a frente con el famoso Cerro Prendío, aquel niño con bigotes del mito contado por el abuelo. El rulo colorado que descansaba en su bolsillo empezó a moverse con gran inquietud, salió volando hacia la cabeza del niño como sintiendo haber encontrado de nuevo su hogar en la hermosa cabellera roja de Cerro Prendío.
Estos dos chicos, ahora verdaderamente peluDOS, se tocaron con mucha suavidad los cabellos, y como en una experiencia completamente sutil se tomaron de las manos sintiéndose vivos, únicos, libres, acompañados, humanamente queriDOS. Decidieron mucho después de contemplarse con fascinación, regresar a Gillette con la misión de contagiar a todos sus habitantes de esta maravillosa condición que implicaba tener pelo, tener una personalidad de verdad.
Una vez en la base de la montaña más frondosa de aquel campo, se toparon con la inmensa burbuja que cubría el pueblo, aquella red de pelos contaminados con piojos que no les permitía entrar. Mirándose a los ojos, tuvieron la grandiosa idea de combatir esa horrible pared con la punta de sus hermosos y largos cabellos, que favorablemente no tenían ni siquiera horquetillas. Levantaron un solo pelo y PLAF reventaron el cristal que, por causa de los piojos, comenzó a volverse una bolsa de pelos que terminó por envolver a la BRUBURBUJA en su propia burbuja.
Finalmente, los demás habitantes del pueblo comenzaron a sentirse distintos, con el mismo cosquilleo de Francesca, sintiendo miles de hormigas brotar en su cabeza y empezaron a verse miles de pelos, de todos colores y tipos posibles, lisos, churcos, negros, rubios, era una experiencia en la que todos tenían la sensación de volver a nacer, de encontrar una nueva forma de ser, era como ver un jardín lleno de personitas únicas.
Los colores de esas nuevas cabelleras emprendieron juntas un gran telar, entretejieron sus pelos y comenzaron a reír sin más motivo que poder vivir. De esos nuevos y libres compañeros la urdimbre resultante es solo la puerta de una historia que continuará…
Aquella mañana, Francesca una niña de ocho años que vivía en la cotidianidad de Gillette escuchó bajo la voz cansada de su abuelo el relato de aquel chico al que llamaban Cerro Prendío. Impresionada con la situación de aquel famoso pequeño y peludo comenzó a sentir mucha curiosidad por su existencia. Luego, su abuelo le regaló un rulo colorado que supuestamente era del chicuelo feliz, de cabellos rojos y brillosos de la historia.
Con infinita emoción, Francesca decidió emprender una aventura hacia el encuentro con el protagonista del mito que mantenía horrorizada a la población pelada de Gillette. Mientras imaginaba a su amigo desconocido le concedía el poder de la felicidad, de la libertad, el poder del existir con personalidad. Llena de ilusión y esperanza, la niña guardó el rulo colorado en su bolsillo y se dispuso a dormir, esperando la salida del sol para cruzar el arroyo y llegar a la punta de la montaña más frondosa.
Ante el brillo de la mañana Francesca salió a su viaje, llevaba consigo el rulo colorado, su cabeza completamente pelada y sus buenas intensiones de encontrar la felicidad. Mientras daba sus primeros pasos, una bruja vestida de burbuja la seguía cautelosamente con el fin de opacarle el día. Esta señora redonda y de abundante cabellera era llamada BRUBURBUJA, cuenta su historia que desde pequeña nunca tuvo pelo y que en algún día de lunas cruzadas hechizó al pueblo de Gillette. Inauguró un servicio express de afeitadas, donde todos los ciudadanos del pueblo asistían una vez por semana y RASTAPLASS, quedaban completamente lisos, sin ni siquiera cejas o pestañas, pelados como melones de verano.
La Bruburbuja recolectaba los pelos del servicio express y se hacía unas pelucas de muy alta calidad. Su energía sobre el pueblo había hecho una gran burbuja que recubría la esfera totalmente, y no era una burbuja de jabón, era más bien un radar de pelos. Esa mañana, viendo lo largo del camino de Francesca, decidió volver al pueblo y disfrazada, o mejor dicho, en su estado normal, es decir, completamente pelada se coló entre las calles de Gillette gritando al pueblo la aventura que había emprendido la niña, generando un estado de intranquilidad, chismes, miedos y tensiones ante la llegada de los horribles peluDOS.
Mientras todos los ciudadanos esperaban el regreso de Francesca dormían con tijeras bajo la almohada, soñando con el RASTAPLASS que podían hacer en el cuerpo de esos dos seres peluDOS. La niña entre tanto, con muchas ganas de cumplir su meta y a la par de su largo caminar, comenzó a sentir hormigas en su cabeza, cosquillas en sus axilas y al llegar a la cima, encontrándose en la con un espejo, noto una hermosa cabellera color oro, habían pelos sobre sus ojos, habían pelos hasta en sus axilas que definitivamente eran más gruesos pero igualmente parecían oro.
Un par de minutos más tarde decidió dejar de ver su deslumbrante imagen en el espejo y al voltearse se encontró frente a frente con el famoso Cerro Prendío, aquel niño con bigotes del mito contado por el abuelo. El rulo colorado que descansaba en su bolsillo empezó a moverse con gran inquietud, salió volando hacia la cabeza del niño como sintiendo haber encontrado de nuevo su hogar en la hermosa cabellera roja de Cerro Prendío.
Estos dos chicos, ahora verdaderamente peluDOS, se tocaron con mucha suavidad los cabellos, y como en una experiencia completamente sutil se tomaron de las manos sintiéndose vivos, únicos, libres, acompañados, humanamente queriDOS. Decidieron mucho después de contemplarse con fascinación, regresar a Gillette con la misión de contagiar a todos sus habitantes de esta maravillosa condición que implicaba tener pelo, tener una personalidad de verdad.
Una vez en la base de la montaña más frondosa de aquel campo, se toparon con la inmensa burbuja que cubría el pueblo, aquella red de pelos contaminados con piojos que no les permitía entrar. Mirándose a los ojos, tuvieron la grandiosa idea de combatir esa horrible pared con la punta de sus hermosos y largos cabellos, que favorablemente no tenían ni siquiera horquetillas. Levantaron un solo pelo y PLAF reventaron el cristal que, por causa de los piojos, comenzó a volverse una bolsa de pelos que terminó por envolver a la BRUBURBUJA en su propia burbuja.
Finalmente, los demás habitantes del pueblo comenzaron a sentirse distintos, con el mismo cosquilleo de Francesca, sintiendo miles de hormigas brotar en su cabeza y empezaron a verse miles de pelos, de todos colores y tipos posibles, lisos, churcos, negros, rubios, era una experiencia en la que todos tenían la sensación de volver a nacer, de encontrar una nueva forma de ser, era como ver un jardín lleno de personitas únicas.
Los colores de esas nuevas cabelleras emprendieron juntas un gran telar, entretejieron sus pelos y comenzaron a reír sin más motivo que poder vivir. De esos nuevos y libres compañeros la urdimbre resultante es solo la puerta de una historia que continuará…
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Jacrist debería grabarlo y que podamos escucharlo con su voz!!!! es única como narradora! Mariu
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